Virages - Bodas de porcelana

"Que veinte años no es nada" dice el tango... Pues veinte años he pasado usando NHP como insulina lenta y luego de una buena recomendación he variado a la glargina, mejor conocida en el mercado como Lantus.

Todo comenzó en mayo del 2018, fui a ver una especialista del NHS (servicio de salud nacional) y si bien le pareció que mis controles eran buenos, le preocupaba que tuviese varios episodios de hipoglucemia a la semana, la mayoría por la noche. Por otro lado me hizo notar que tengo un acostumbramiento a la hipoglucemia y una pérdida de sensibilidad a los síntomas. Por estos motivos me sugirió cambiar mi insulina basal de NPH a glargina. Y así lo hice.

Me preparé para el gran evento adquiriendo un sensor continuo de glucosa: freestyle libre de Abbott. Herramienta fundamental para semejante cambio. La primera prueba, siguiendo las instrucciones de la especialista fue cambiar mi esquema de doble dosis de NPH por una dosis simple por la mañana reduciendo el total de insulina en un 20%. Es decir si uno usa 40UI diarias en total de NPH, ahora serían 32UI de Lantus.
Bajo este esquema, durante el día tenía un buen control de los niveles de glucosa, pero llegada la noche luego de la cena era difícil de mantener a raya hasta la mañana siguiente. Teniendo buenos niveles post prandiales a la mañana siguiente amanecía alto. Primera solución, aumentar la dosis gradualmente. Resultados, hambre continúa durante el día y no mucha mejor evolución de niveles a la noche. Conclusión, no resultó ser suficiente una mono dosis para mí como se jacta la marca.

Divide y triunfa
Pues la prueba obvia era la de volver a las dos inyecciones diarias, una fuerte por la mañana y un top up (recarga) por la noche. Estoy dio sus frutos. Al principio probé en usar doble dosis solo los días que no hacía actividad física por la tarde, muy artesanal, según el esfuerzo del entrenamiento. No resultó muy bien así que directamente opté por una proporción 3/4 por la mañana, 1/4 por la noche, variando los valores en unidades de las mismas según el momento del día y el volumen realizado. 

El lado b de la lantus trata de que es necesario también el uso más intensivo de insulina rápida para simular el comportamiento natural del páncreas. Intenté contar carbohidratos para calcular la dosis de rápida en cada ingesta y la verdad no me convenció la idea. Lo que digo es que personalmente prefiero usar la experiencia que ser rígido con una proporción de unidades de rápida por porción o gramos de HHCC. Cada uno tiene que explorar que es más fácil.

Fueron en total casi tres meses y tres sensores hasta sentirme a gusto y conforme con el nuevo esquema. La complejidad del cambio, mediana. Cambiar 20 años de hábito no es tan fácil. Sin embargo los resultados han sido muy positivos. No solo reduje a menos de la mitad los episodios nocturnos de hipoglucemia sino que recuperé en gran manera mi sensibilidad a la hipoglucemia. Ahora puedo detectarlas en valores entre 60 y 65, cuando antes era 55 el umbral aproximadamente

Para finalizar quiero compartir un resumen de estos 20 años como diabético, en la gráfica una historia cronológica de los grandes eventos a nivel de tecnologías, tratamientos y circunstancias que muestran el efecto en la calidad del manejo de esta enfermedad en mi experiencia personal. No veo esto como un logro personal, pero más como un logro colectivo entre los médicos, la familia y mi compañera de la vida que me han ayudado siempre en las buenas y las malas a sobrellevar este problemita. Muchas gracias a ellos.
-chafas-


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